Estaba agrandado ya que había rescatado a un muchacho que casi se ahoga en la orilla. Resulta que la rompiente rápidamente se hacía profunda y las olas a veces pegaban fuerte en la orilla. Al flaco este, que convengamos tenía unos vasitos de Ron de más, le pegó una ola y lo tiró, y enseguida le pegó otra, y no se podía levantar, quedaba con la cabeza abajo. No sé cómo, pero en segundos, cual Flash Gordon, Rodo esquivó los toldos, y llegó para levantarlo. Nadie aplaudió como hacen en Mar del Plata, pero la gente se percató de que lo había salvado.
Así estaban las olas, así tomaba sol yo. Un día hermoso.
La verdad es que pasamos un día lindísimo, y de regreso, llenos de arena, después de una refrescante ducha, nos dimos cuenta de que... quedamos así.
Esperemos les haya gustado. A pesar de que estamos en pleno invierno, sigue la temporada de playa. Ya estamos pensando en nuestro próximo destino, pero un poco más al este, a 90 minutos de Caracas, llamado HIGUEROTE.
Hasta la próxima.
Salutti a tutti.
Lala, Rodo, Roladola.
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